lunes, 6 de junio de 2016

OTRO PASO


Cuando me presenté al concurso en Diversidad Literaria, debía hacerlo con un microrrelato donde quedaran reflejadas las palabras Otoño o Invierno. Anunciaban que si era elegido, éste se incluiría en un libro recopilatorio.

Le di muchas vueltas pero al final me atreví, ¿Quién dijo miedo?, lo escribí y lo envié, -con prisas porque se acababa el plazo de presentación- Sería mucha casualidad que escogieran el mío, y me olvidé por completo del asunto,

Unos días después me acordé de nuevo y pensé: A ver, ¿tú querías publicar tus escritos o no? pues por algo hay que empezar. El primer obstáculo ya lo había superado haciéndolo en un blog colectivo y el segundo, con el mío propio. 

Una mañana, recibí un correo electrónico en el que se me comunicaba que estaba dentro de los seleccionados. No me lo podía creer y di un salto de alegría. Me sentía eufórica, aunque también debo reconocer que tuve dudas: ¿y si era un bulo?, Internet es tan inmenso y a veces se dicen tantas cosas, que hubo un momento en que pensé no pedir el libro.

Nunca he sido una persona que se escondiera de nada ¡Ya sé que he tardado un poco con esto de las letras! Pero aquí estoy ahora con mis relatos y poesías, y me complace lo mismo si los leen miles de personas en todo el mundo o solamente algún amigo, yo por lo menos disfruto haciendo lo que me gusta.


¡A lo que voy! que al final me hice con el mencionado libro y fue fantástico ver mis primeras palabras impresas en él.
Llegados a este punto estoy esperanzada en que algún día pueda publicar uno propio, es un deseo largamente ansiado, soy soñadora y muy tozuda, así es que estoy empezando a pensar que alguna vez lo conseguiré.

Tengo hijos, una vez planté un árbol y me falta el último punto del dicho.

Esta fue mi primera poesía:


DESENCANTO

Esperaba sentada en el andén, observando las hojas que caían.
El otoño llegó sin avisarme; mi corazón poco a poco se moría.
No volviste en aquel tren que tanto ansiaba; pasaste de largo y me olvidaste. 
En invierno quizás regresarías; yo no estaría allí para acogerte, 
Pues con el frío y la lluvia me alejé, Con el alma solitaria y encogida.





Y como me gustó la experiencia me volví a presentar, ahora ya son dos los libros en los que he publicado. Posiblemente alguien pueda pensar que la cosa no tiene importancia, pero para mí sí que la tiene, pues cuando los veo en mi biblioteca al lado de todos esos tomos que me van acompañando en mi vida, siento una gran emoción.



La segunda vez el tema debía tratar sobre alguna tragedia, me puse manos a la obra y salió esto:


INSTINTO MATERNAL


Extasiada, contemplaba el profundo barranco, de las montañas azules en los Picos de Europa.
Las piernas le temblaron; un hormigueo incontrolable ascendía por su estómago.
Algo hizo que se girase como un resorte y pudo entrever con ojos horrorizados, como su hijo acababa de atravesar la barrera de protección del mirador.
Nadie se dio cuenta; solo su instinto de madre provocó que un aleteo hiciera brincar su corazón.
Lentamente, volvió sobre sus pasos y, apenas sin respiración, lo agarró por las axilas y lo apretó contra su pecho.
El olor de la tragedia había pasado de largo.